Las cerraduras inteligentes son estupendas… hasta que dejan de serlo. La forma más fácil de hacer que pasen desapercibidas en la vida cotidiana es tratar el teléfono como la llave principal, mantener el acceso de invitados con códigos temporales y crear un plan sencillo sin conexión para los fallos de alimentación o de red. Haz estas tres cosas y la puerta se abrirá cuando llegues, los visitantes entrarán cuando deban (y solo entonces) y nunca tendrás que quedarte bajo la lluvia negociando con una aplicación. Piensa en medidas pequeñas y fiables: registra los dispositivos adecuados, asígnales nombres claros, prueba la recuperación una vez y configura recordatorios para que las baterías y las copias de seguridad no te sorprendan en el peor de los días.
Haga que las llaves del teléfono sean automáticas y resistentes

Registre dos dispositivos de confianza por adulto (teléfono principal + reloj o teléfono de respaldo) para que el desbloqueo por proximidad o con un toque funcione incluso si una batería se agota. Utilice primero el canal más fiable de la plataforma (BLE para el alcance, NFC/UWB cuando sea compatible para una detección rápida y precisa) y mantenga disponible el modo «solo local» de la cerradura para que siga respondiendo cuando el Wi-Fi no funcione. Asigna un nombre a cada credencial por persona y dispositivo («Maya — iPhone 15», «Maya — Reloj») y elimina las antiguas cuando actualices el hardware. Exige un desbloqueo seguro en el dispositivo (biométrico/PIN) antes de que pueda activar un desbloqueo, y habilita un bloqueo automático breve para las salidas olvidadizas. Una vez al año, practique todo el proceso en un teléfono nuevo (instalar la aplicación, emparejar, conceder la clave) para asegurarse de que podría recuperarlo en caso de pérdida. Si su plataforma es compatible con las llaves de casa/coche en Wallet, añádalas y pruébelas con el modo avión activado para confirmar que funcionan sin la nube.
Comparte el acceso de invitado con códigos caducables y rastreables.
Trata los códigos como entradas, no como llaves permanentes. Crea perfiles de invitados (familia, niñera, personal de limpieza, contratistas) y asigna códigos que comiencen y terminen según un horario: recurrentes para el día y la hora del servicio de limpieza, únicos para una entrega, válidos durante todo el fin de semana para los visitantes. Mantenga cada código limitado a la puerta principal, a menos que haya una razón para añadir el garaje o la verja. Añada una breve nota a cada perfil de invitado con la información de contacto y el propósito («Sasha: paseadora de perros, martes/jueves 11-1»), y luego deje que el sistema le notifique la primera vez que se utilice para saber que ha funcionado. Para los contratistas, asocie los códigos con un registro de acceso básico y desactívelos cuando finalice el trabajo, sin necesidad de recuperar las llaves. Si una aplicación permite «enlaces mágicos» o pases móviles temporales, prefiera esta opción para los huéspedes con conocimientos tecnológicos; de lo contrario, imprima el código en la hoja de bienvenida con la información de Wi-Fi y su número de teléfono. En el momento en que un código ya no sea necesario, archívelo en lugar de dejarlo «por si acaso» para siempre.
Cree un plan de respaldo sin conexión que no dependa de la suerte
La electricidad y las redes fallan, pero las puertas deben seguir abriéndose. Guarde una llave física en una caja de seguridad con código en un lugar oculto pero accesible, y asegúrese de que al menos dos miembros del hogar conozcan la combinación. Si su teclado admite contactos de alimentación de emergencia, guarde una pila de 9 V nueva cerca de la entrada para «activar» la cerradura el tiempo suficiente para entrar. Elija cerraduras que funcionen localmente a través del teclado y el teléfono, incluso cuando no haya conexión a Internet, y mantenga el concentrador (si lo hay) en un pequeño SAI para que las automatizaciones sobrevivan a los cortes breves. Guarde una tarjeta laminada para «días malos» en el interior con el código de la caja de seguridad, su código principal y un recordatorio para cambiar las pilas de la cerradura; guarde una segunda copia en la guantera de su coche. Por último, ajuste el pestillo mecánico de la puerta para que se deslice con suavidad: los golpes desalineados agotan las pilas y hacen que todos los métodos sean poco fiables, sean inteligentes o no.
Mantenga las pilas, las etiquetas y un pequeño registro de auditoría

Las cerraduras inteligentes mueren por negligencia, no por tecnología. Reemplace las baterías de la cerradura según un calendario antes del invierno o de los viajes, utilizando pilas nuevas de un solo paquete; marque la fecha de instalación en la tapa de la batería. Active las alertas de batería baja y trátelas como los pitidos de los detectores de humo: actúe el mismo día. Una vez al trimestre, revise la lista de «quién tiene acceso» y revoque todo lo que esté obsoleto: teléfonos antiguos, antiguos contratistas, códigos únicos. Mantenga un registro de acceso de cinco líneas en sus notas: fecha, cambio (código o dispositivo añadido/eliminado), quién, por qué y sus iniciales. Pruebe toda la ruta de recuperación dos veces al año: desbloquee con el teléfono en modo avión, desbloquee con el teclado, desbloquee con la llave física y encienda con la batería de 9 V si es compatible. El objetivo no es la paranoia, sino la confianza en que cualquier fallo tiene una respuesta tranquila que ya ha practicado.